domingo, 15 de mayo de 2011

HIJOS CRIADOS, DUELOS DOBLADOS

La mayor esperanza de los padres reside en los hijos: porque significa la perpetuación de la estirpe, porque
los progenitores desean ver cumplidos sus sueños en los retoños o porque esperen de sus vástagos los cuidados y placeres de la vejez. En tiempos remotos (así lo recogen los libros sagrados de todas las culturas)
tener hijos era una bendición divina. Tener hijas era una desgracia, y aún es motivo de pesadumbre en muchas culturas primitivas. Los hijos son llamados "báculos de la vejez" significando con esta figura que la
descendencia cuidará de los ancianos cuando éstos no se puedan valer por sí mismos. Sin embargo, este
refrán pesimista recuerda a los laboriosos padres que, una vez crecidos, los hijos vuelan del nido y dán más
quebrantos que placeres.

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